Catherine Tapia Castro (47) es testigo del desarrollo portuario en San Antonio y de las oportunidades que se les han dado a las mujeres en una industria que por años fue marcada por la presencia masculina, incluso a nivel mundial.

Así lo aseguró esta sanantonina, quien hace más de ocho años se desempeña como operadora de grúa portacontenedores en Muellaje del Maipo de STI, y en ese sentido, algo en lo que puso especial énfasis fue en el pertenecer a uno de los primeros grupos femeninos en trabajar con este tipo de maquinarias que conforman una gran cadena logística.

“Nosotros cargamos y descargamos contenedores. También hacemos acopio en el muelle. Despachamos camiones. Este tipo de máquinas tienen autonomía para ir por todo el terminal con el fin de llegar al tractocamión. Hacemos todo el movimiento interno del puerto”, dijo.

¿Es complejo manipular portacontenedores?

“No es fácil. Trabajas con contenedores vacíos que son de tres toneladas y media, y que después pueden llegar a pesar 34 toneladas. Es mucho. Necesitas una preparación especial. En un turno puedo hacer 250 movimientos con contenedores entre carga y descarga”, sostuvo.

¿Cómo llegaste al rubro portuario en San Antonio?

STI quería poner mujeres operadoras hace tiempo. Yo soy una de las primeras. Este fue un programa nuevo que tenía STI y en un lugar que era sólo de hombres. Por lo que entiendo, aquí en San Antonio yo soy la única que opera este tipo de grúas.

¿Recomiendas el puerto a las generaciones más jóvenes?

Es buenísimo y recibes ayuda de todos. Hasta hoy tengo compañeros muy buenos. Cuando inicié me miraban con desconfianza, pero poco a poco gané el lugar, siempre con respeto y mirando a los más antiguos para ir aprendiendo. Todos somos parte de esta cadena logística. Algo que recalcar es que el puerto también te da la oportunidad de estudiar, en mi caso, estoy estudiando para ser asistente social. En San Antonio quiero dejar un legado.

Si volvieras a nacer, ¿serías portuaria?

Sí. La pega es muy bonita. Un buen trabajo. Es genial que las mujeres se atrevan acá. Todas tenemos carácter. La mujer de puerto es distinta, es fuerte, pero en mi caso también soy madre y eso no cambia. Recomiendo San Antonio.